Tener (algo) de
experiencia con niños
Las
familias suelen pedir que su au pair tenga experiencia con los niños. Por
supuesto, a la hora de buscar una familia, todas las chicas tienen una
larguísima experiencia con el cuidado de niños… No es buena idea mentir y
contar que llevas años cuidando niños de todas las edades cuando en realidad
nunca te has acercado a más de dos metros de un niño. Si nunca ha hecho
baby-sitting, siempre hay alguna manera de practicar, en todos los barrios hay
madres que necesitan algunas horas a la semana alguien que les eche una mano.
En los parques infantiles encontrarás madres que se juntan todos los días por
la tarde a pasar unas horas con sus pequeños. Puedes acercarte y explicar tu
caso, que quieres irte de au pair, que te encantaría cuidar de los niños unas horas
de vez en cuando, aunque sea por muy poco dinero, a cambio de una carta de
referencia. Puedes repartir cartelitos por tu ciudad, pero el contacto directo
suele dar mejores resultados. Piensa dónde se encuentran los niños y sus padres
en tu ciudad y no dudes en ir a su encuentro: parques, colegios, salida de
guardería, parque de bolas, etc. La motivación es muy importante en tu
proyecto. Las HF no te van a pedir más de dos o tres cartas de recomendación,
es fácil de conseguir.
Diría
que más importante aún que las cartas de recomendación, es intentar tener algo
de experiencia para no encontrarte totalmente desconcertada frente a tus HK.
Los niños pueden tener comportamientos realmente sorprendentes, pasar del mayor
regocijo al enfado más absoluto en menos de un minuto, reír como locos a gritar
como poseídos en menos tiempo de lo que te puedes imaginar.
Élodie (Belga, au pair en Italia): “Esto parece una tontería, pero no es así. Hay
chicas que se creen que por haber estado sentadas en un sofá dos horas vigilando
al sobrino de la vecina mientras éste dormía, ya saben cuidar de niños y claro,
como no molestan y apenas hacen ruido, ya se ponen una etiqueta en la frente de
"me gustan los niños". Y eso, señoras, es el mayor error. Para que te
gusten los niños, has de conocerlos. Has de haber tratado con niños antes de
irte de au pair, y a pesar de eso, que te siga gustando estar con ellos.”
Leïla (Francesa, au pair en Inglaterra): “Los fines de semana los pasaba en una fundación
llena de niños que me recibían con abrazos y gritos. Allí aprendí a tener
control sobre los niños y a quererlos un poco más. Digo un poco más porque
nunca he sido amante de éstos, no tuve hermanos pequeños, primitos, niños
pequeños cerca. Quería saber lo que era antes de lanzarme a la aventura de ser
au pair.”
Aprender a conoceros
Ya vimos en un capítulo anterior que el proceso de
adaptación y de integración en un nuevo país, una nueva ciudad y con otra
familia puede ser difícil y a veces largo. De la misma manera, la relación que
estableceréis tus HK y tú se construirá poco a poco, a base de veros, compartir
juegos, conversaciones, actividades, vivencias en general.
La relación puede ser fluida y agradable desde el
primer minuto, sobre todo cuando los HK están acostumbrados a tener au pairs,
saben lo que estás viviendo e intentan ayudarte a que te sientas mejor. Con los
niños más pequeños, puede ser mucho más difícil y tendréis que aprender a
conoceros. Poco a poco. Con mucha paciencia.
Paola
(Norteamericana, au pair en Francia): “En cuanto a mi
relación con los niños... Con el mayor (4 años), he hablado mucho: hemos
discutido sobre qué personaje de Star Wars sería más útil escoger para una
hipotética guerra, y hemos llegado a la conclusión de que lo mejor son los
mosquitos. El peque (2 años) es más tímido y reservado, y no habla mucho, pero
también he tenido mis momentos graciosos y entrañables con él. Eso sí, tiene
una mamitis impresionante y es un poco bipolar. Pero tiempo al tiempo, habrá
que dejar que se habitúen a mí y que yo me acostumbre a ellos y a sus continuas
peleas… Pero de momento puedo decir que me encantan.”
Sam
(Argentina, au pair en Austria): “Los bebés, como
lo presentía, lloraron muchísimo los primeros tres días, pero como apenas
tienen 17 meses ya me adoran. ¡Sobre todo mi nena! se ha pegado muchísimo
conmigo y pasamos bastante tiempo juntos, mi nene también es un amor, pero al
final de cuentas es hombrecito así que hay que tenerle más paciencia.”
Isabel
(Finlandesa, au pair en Canadá): “Ha sido muy
guay porque los peques van cogiendo más confianza conmigo y, cuando lloran, ya
se consuelan también si los cojo yo (aunque nombren a su madre) y cuando se
hacen daño, vienen a que les dé besitos (al menos hoy, quién sabe mañana...).
Además, hoy he enseñado a mi HK mayor a dar besos de mariposa ¡y le ha
encantado! Crucemos los dedos para que todo siga así...”
Marion
(Francesa, au pair en España): “Con los niños,
estoy cada día un poquito más cerca. Esta tarde, por ejemplo, mi niña se ha
echado encima mía mientras veíamos los dibujitos en el sofá y nos hemos quedado
las dos durmiendo.”
Kali
(Japonesa, au pair en Francia): “Hoy mi bebé se
ha quedado un rato gigante durmiendo en mis brazos y parecía hasta que sonreía.”
Maribel
(Española, au pair en Irlanda): “Con mi KH, la
relación va siendo cada vez más estrecha. Se pone muy contento cuando me ve, le
encanta darme abracitos, disfruta mucho su tiempo conmigo... aunque tenga sus
momentos de niño penoso, pero eso es comprensible.”
Cindy
(Inglesa, au pair en España): “El bebé ya me
conoce y se ríe mucho cuando le digo cositas y se calma enseguida cuando lo
cojo en brazos.”
Kimi
(Danesa, au pair en Italia): “Hoy he vuelto
sola con el bebé de la guardería porque la madre tenía que hablar con una
profesora, ha sido genial porque cuando lo he sacado del cochecito se me ha
quedado dormido en los brazos mientras subíamos a la habitación.... La madre ha
alucinado cuando le he dicho que se me ha dormido encima y que no ha llorado
nada. ¡¡Punto para mí!!”
Para
los niños pequeños, eres una adulta y por lo tanto les resulta muy raro que no
hables perfectamente su idioma (por lo menos al llegar a su casa).
Eva
(Chilena, au pair en Inglaterra): “Desde el primer
día, he pensado que una de las cosas que desconciertan a mi HK sobre mí es que
no sepa hablar inglés. De hecho, creo que muchas veces le dice las cosas a su
madre en vez de a mí porque cree que no la voy a entender. A menudo, me
pregunta si sé lo que significa alguna palabra. Algunas veces son cosas súper
difíciles y otras son palabras muy muy básicas. Hoy, por ejemplo, me ha
preguntado: "¿cuántas palabras inglesas conoces?" "¿Cuántas
crees que me sé?" "Veintiuna" “más”,"¿veintidós?"...”
No te desanimes si ves que los HK no responden como
te lo esperas a tus muestras de cariño. Verás que con paciencia poco a poco tus
HK se van acostumbrando a ti y tú sabrás mejor cómo tratarlos.
Paola
(Mexicana, au pair en Estados Unidos): “Mi Host Kid de
4 años me hizo desplantes horribles, me dijo que ya no me quería ver, que no me
acercara... qué bueno que todavía no logro entender bien lo que dice… Fue
horrible… simplemente lloré, obviamente a escondidas y bueno con la bebé me
desahogue a ella le platiqué (sé que no me entiende nada, pero el ver su cara y
una que otra sonrisa me ayudó)… Mi host kid es algo difícil, fácilmente se
enoja… Espero que poco a poco me adapte mejor y que ese tipo de desplantes me
afecten menos… Ojalá no vuelva a llorar por este tipo de cosas… Ahorita me
siento mejor a ver cómo me va mañana…”
Y
un día, te das cuenta de que tus HK te sonríen, tienden sus bracitos hacia ti,
te esperan con una sonrisa y quieren compartir tiempo contigo. ¡Lo has
conseguido!
Amanda
(Española, au pair en Estados Unidos): “En una de estas
me soltó mi niña un "I love you" casi me la como, no hay cosa más
bonita que cuando te dicen por primera vez "I love you" tus pequeños
monstruitos.”
Aguantar
Durante tu vida de au pair verás que tendrás que
aguantar más que en toda tu vida anterior y te parecerá increíble la paciencia
que puedes tener. Habrá días en que todo fluye a la perfección y otros en que
desde el primer minuto sabrás que va a ser duro. Sé fuerte, sé paciente y que
sepas que de tanto aguantar saldrás ganando. Tú puedes. En este apartado
hablamos de niños de menos de cinco años.
Teresa (Rumana, au pair en Irlanda): “Hay que tener en cuenta que un niño no es un
adulto, y que cuando tiene un día malo, es horrible para él, y por extensión,
para ti. Que llorará por cualquier tontería, gritará, se portará mal... Y es
una cosa normal. Un niño cuando tiene hambre o sueño (o ya la bomba atómica de
tener hambre y sueño a la vez) es un ser insoportable.”
Llantos
Hasta que lo ves con tus propios ojos y sobre todo
lo oyes con tus propios oídos, no te puedes imaginar cuánto y cuán fuerte puede
llorar un bebé o un niño.
Daniel
(Norteamericano, au pair en España): “Lo más difícil
para mí hasta el momento ha sido tener que aguantar las pataletas de las niñas,
están un poco acostumbradas a hacer lo que quieren y a que los papás las dejen
hacerlo. Lloran porque no quieren arreglarse, porque no quieren comer u ordenar
algo, porque las regañan y por muchas cosas más.”
Virginia
(Canadiense, au pair en Francia): “Cuando
llevábamos una hora en el museo viendo dinosaurios y animalitos de tiesto, los
niños empezaron a penosear. Estaban dándole vueltas a un globo terráqueo y
empezaron a pelearse. El niño fue el primero en llorar, pero cuando logré
consolarlo, llegó el turno de su hermana. Y, por supuesto, el pequeño volvió a
desconsolarse. Así que ahí estaba yo, en un museo con dos niños llorando (uno a
cada mano) y todo el mundo mirándome. Son esos momentos en los que intentas
poner tu mejor cara de "no pasa nada, son sólo rabietas de niños".”
Marleny
(Colombiana, au pair en Estados Unidos): “Esta mañana me
he quedado cuidando de David porque la madre tenía médico, hemos estado jugando
y al final se estaba quedando dormido, así que lo he cogido en brazos y se ha
dormido, pero al ponerlo en la cuna, ¡zas! ¡Venga a llorar y a gritar y a
ponerse rojo! Porque tenía mucho sueño y quería dormir. Me las he visto para
calmarlo, escupía el chupete todo el rato, pero a los diez minutos se ha vuelto
a quedar dormido (¡por fin!) y esta vez sí he podido meterlo tranquilamente en
la cuna. Y así se ha quedado hasta que ha llegado la madre y se ha encontrado a
su precioso bien dormidito.”
Rabietas
Los niños más pequeños, hasta los tres o cuatro
años, no saben soportar la frustración, si no consiguen obtener o hacer lo que
quieren, pierden cualquier control y el resultado puede ser impresionante. Mantén
la cordura, ya sabes que después de la tempestad vuelve la calma.
Ana
(Española, au pair en Alemania): “Ayer me tocaba
llevar al mediano a natación, a una especie de polideportivo para niños cerca
de casa. Por el camino todo muy bien, me contó cosas, hizo el gamba un rato,
hasta quiso que le llevase de la mano. A escasos metros de la puerta principal,
no obstante, a la criatura le dio un ataque bipolar o algo, que no quería ir a
nadar, que se iba a casa (todo esto llorando desesperadamente y pataleando como
un poseso). Intenté hablar con él, intenté llevarle de la mano tranquilamente,
corrí tras él cuando se escapaba, me enfadé, hice todo lo que se me ocurría
pero ningún resultado, que él no quería nadar
y punto en boca. Así escrito no se aprecia lo lamentable que fue el espectáculo
que dimos, él con sus lloriqueos como si lo estuviese maltratando agarrado a
una barandilla y yo intentando poner orden con mi alemán chapurreado. Por
suerte para mí, una madre que andaba por allí vio la que estaba montando el
niño y las patadas que pegaba, y se acercó a echarme una mano. Vio que mi
alemán no daba para broncas grandes y puso un poco firme al niño. Todo esto nos
llevó media hora, así que ya no podía ir a natación. De vuelta a casa, el niño
tan feliz y yo cruzando los dedos para que los padres no me matasen.”
Guadalupe (Venezolana, au pair en Estados Unidos):
“Bebé de año y medio: cuando no tiene el día no
quiere ni que le hables, ni que la toques, ni que juegues con ella, siquiera
que le recojas algo del suelo que se le ha caído. A veces monta pollos por un
solo "hello" que le digas. No es que se ponga a llorar o haga
pucheros, es que se pone en modo maltratada:
le dices “hello” cuando no quiere y se tira al suelo, patalea y se pone
roja de tanto llorar.”
Peleas
¿Te acuerdas de cuando peleabas con tus hermanos?
Pues ahora lo vas a vivir desde otro punto de vista. Las peleas entre hermanos
son normales y aunque hagas lo imposible para intentar que no ocurran, siempre
pelearán por una cosa o por otra. Habla con tus HP para saber qué actitud debes
adoptar cuando tus HK empiezan a pelear. Trataremos de los celos entre hermanos
en otro capítulo.
Lucie
(Francesa, au pair en Estados Unidos): “A veces, me
recuerdan mucho a mi hermano y a mí de pequeños y también de cuando empezábamos
a jugar a juegos peligrosos y mi madre siempre nos decía que al final
acabábamos de pelea. Ahora la entiendo.”
Romain
(Belga, au pair en Inglaterra): “Me ponen la
cabeza como un bombo. Cuando estoy jugando con uno, el otro quiere que juegue
con él; cuando juego con el otro, el uno se mosquea. Y nunca quieren jugar ni
juntos, ni al mismo juego, Así que me toca repartir los tiempos. Lo peor es que
cuando encuentran un juego en el que participar los dos, no es nada bueno
porque significa que a los dos minutos ya se están pegando.”
Golpes
Los
niños más pequeños no controlan my bien sus gestos y su impulsividad les lleva
a pegar, tirar cosas o hacer cualquier gesto que haga daño y les ayude a
descargar la rabia que les llena. Como au pair es muy probable que tengas que
enfrentarte a este problema, no es lo mismo que te pegue un niño de dos años
que uno de ocho años, por supuesto. En ningún caso debes aceptar que los HK te
peguen, habla con sus padres para saber cómo actuar en caso de golpes.
Mélanie
(Suiza, au pair en Alemania): “Estuve con las
niñas toda la mañana la pequeña como siempre y la mayor según la vena loca pues
o me seguía a todas partes y me comía a besos, la mayoría del tiempo así, como
le daba la vena loca y me pegaba, en fin...”
Cassandre (Norteamericana, au pair en Francia): “Maltratada por
el niño en un ataque de ira que tuvo. No sé porqué de repente se le cruzaron
los cables y ¡me pegó! como comprenderéis un niño de dos años y medio no tiene
mucha fuerza, pero fue el hecho de que me pegara que me sentí fatal y creo que
me dieron hasta ganas de llorar.”
Demasiado…
De
tanto tener que aguantar puede que un día revientes y te eches a llorar con
ganas de llenar tus maletas e irte inmediatamente de esta casa… Respira…
Tranquila… Habla con tus HP, explícales que hasta aquí has llegado, que
necesitas descansar. No importa que llores, incluso puede ayudarte a que te
sientas mejor. Recuerda cuáles son tus motivos y piensa que no todos los niños
son así, ni todos los días son iguales. Sé fuerte.
Elen
(Noruega, au pair en España): “Yo sufrí ayer
un cambio de personalidad del grande... ¡madre mía! Unos días mi HK me pide que
juegue con él y otros me intenta pegar y me dice “¡tonta, estúpida, no eres mi
amiga, bla bla bla!”. Ayer fue la gota que colmó el vaso y rompí a llorar como
un bebé porque lo he dejado todo para venirme aquí un año entero, que estoy
sola, y no puedo soportar que no le guste o le caiga mal... Cuando he estado
años con niños de su edad y siempre me han adorado... En fin, la madre me vio y
me obligó a subir al cuarto del niño para que viera lo que me había hecho… un
panorama que puedes imaginarte...”
Una relación basada
en el cariño
¿Cómo
puedes aguantar tanto? Recuerda siempre porqué eres au pair, ayuda en los
momentos de estrés, recuerda también que no vas a ser au pair más de unos meses
en tu vida, piensa en lo bien que lo vas a pasar en tu próximo fin de semana
libre… Pero la clave para explicar que no sales huyendo traumatizada al cabo de
unos días es gracias al cariño que se instala entre vosotros.
Aïssa
(Francesa, au pair en Suiza): “A veces parece
que tengo un jardín de infantes a cargo, las dos gritando, las dos llorando,
las dos quieren hacer pipi, las dos quieren el mismo juguete, todo al mismo
tiempo... A veces creo que la cabeza me va a estallar... Pero esos momentos
también se equilibran cuando las dos quieren abrazarme al mismo tiempo, y nos
caemos al piso y se parten de la risa... momentos únicos.”
El cariño que
sientes tú
Lavinia (Española, au pair en Alemania): “La conclusión de estos días es que los niños de
verdad son entes mágicos. Algo tienen que hacer para que después de que se te
hayan meado, cagado, lanzado cosas, gritado, pataleado, arruinado una noche de
cine, dejado en ridículo en un supermercado, escapado con la bici por ahí y
montar escándalos impresionantes en lugares públicos varios les sigamos
teniendo cariño.”
Marianne (Francesa, au pair en Dinamarca): “Esto no es fácil, criarle los hijos a otro no es
sencillo. Estos niños pueden llegar a pasar más tiempo con nosotras que con sus
mismos padres; algunos son muy mimados, groseros, nos gritan, nos insultan...
pero hay otros amorosos, cariñosos y educados. Yo no sabía que podía llegar a
querer tanto a mi par de niños, y eso que llevo con ellos menos de dos meses.”
Mimi (Finlandesa, au pair en España): “Está súper guapo y es súper bien educado, ya sabe
utilizar el cuchillo y el tenedor, le encanta ayudarte con todo, es súper limpio.
Que se me cae la baba con él que os voy a contar…”
Gabriela
(Argentina, au pair en Estados Unidos): “Mi HK es una
niña preciosa aunque la verdad es un tanto aburrido porque sólo tiene tres
meses así que no hay mucho que hacer, pero es muy tierna y ya comienzo a
agarrarle cariño y quiero verla crecer en los próximos meses.”
Allyson
(Norteamericana, au pair en Austria): “Después de
haber tenido una mañana muy ocupada y muy irritante, mi HK vino y me abrazó, me
pidió de jugar y nos reímos mucho rodando por la alfombra. No quiero que
nademos en un mar de cursilerías, pero debo reconocer y buscar en lo más
recóndito de mi ser, que me enternecí. Por supuesto que las sensación se me fue
en cuanto tuve que cambiar el pañal lleno de humus fétido.”
El cariño que
sienten y muestran tus HK
Carina
(Italiana, au pair en Estados Unidos): “Fui súper
feliz, porque el mediano vino con una mantita y se subió encima de mí para
acurrucarse, tan tierno.”
Lucie
(Francesa, au pair en España): “El niño mayor
monísimo, le ha preguntado la mamá que cuánto me quería y ha abierto los brazos
lo máximo posible, para comérselo.”
María
(Española, au pair en Bélgica): “A las 8 de la
noche, estaba hablando de mis vacaciones de verano (en las que iré unos días a
mi tierra) con mis HP, cuando un bicho de cinco años, muerto de sueño, se te
echa a los brazos, te llena de besos y te dice: "yo no quiero que te vayas
hasta de aquí 35 mil mil mil 24 mil cien mil años y yo ya sea una abuelita y
cuides de mí siempre.”
Rita (Portuguesa, au pair en Inglaterra): “Cuando salí del cine me encontré con mi HM y las
niñas, y al verme vinieron corriendo a abrazarme, la verdad, al final nunca me
siento realmente off aquí, porque las niñas siempre están encima de mí, pero
bueno, nunca viene mal que alguien se alegre tanto de verte.”
Una relación preciosa pero efímera
Es triste decirlo pero esta relación de cariño tan
preciosa que estáis creando tiene su tiempo contado… Antes de ti, había otra au
pair, cuando te vayas, vendrá otra au pair. Los niños lo saben y por mucho que
den de sí, en algún lugar de su corazón saben que un día te irás. Quizás sea la
razón por la que algunos niños más mayores no se abren tanto y tan rápidamente
a sus au pairs. Es fácil entenderlo.
Flora (Peruana, au pair en Estados Unidos): “Las niñas me dijeron que tenían miedo de que me
fuese a ir, porque tuvieron otra au pair que se fue cuando llevaba aquí muy
poco tiempo y la habían visto llorar (se fue porque no estaba bien con la
familia). ¡Qué penilla…! La verdad es que tiene que ser muy duro para las niñas
ver cómo la gente se va yendo según ellas les van tomando cariño… al final
nadie se queda.”
Nadège
(Francesa, au pair en Portugal): “Yo me encargué
de acostar a la HK, le leí un cuento y la metí en la cama, pero me quedé un
montón de rato arrodillada a su lado ya con la luz apagada mientras hablábamos,
quería que le contara cosas de mi país, cómo era mi habitación, qué juguetes
tenía... Le conté un montón de cosas, le conté lo que me gustaba hacer de
pequeña, que podría venir cuando quisiera a mi casa y no dejaba de escucharme
súper interesada con la boca abierta y emocionada. Cuando por fin le dije que
me tenía que ir a descansar empezó a darme abrazos súper fuertes y a decirme
que no quería que me fuera nunca. Me preguntó que porqué no me compraba una
casa y me mudaba a su ciudad y así podría verme todos los días. Me costó
bastante convencerla de que me soltara, que no me iba a ir esa noche.”
Alana
(Mexicana, au pair en Canadá): “¿La bebé? ella
no sabrá quién soy yo... tal vez ellos le dirán que yo fui la primera que la
vio gatear, la que le enseño a decir “no” moviendo la cabeza, a decir “bye bye”
moviendo la mano, la que le enseñó a subir las escaleras y estoy segura que le
enseñaré a caminar antes de irme… entre muchas otras cosas más... pero ella
nunca me recordará…”
No siempre es tan
fácil…
Con
algunos HK es más difícil establecer una relación de cariño, no es que sean
malos chicos, sino que no abren su corazón tanto como otros niños, quizás
porque sea su forma de ser, su educación o simplemente porque no congeniáis
bien. No te alarmes. Puedes vivir una experiencia fabulosa como au pair aunque
tus HK no te digan todos los días cuánto te quieren. Lo más importante es que
haya respeto entre ambas partes. Si tu HK tiene un comportamiento inadecuado
contigo, habla con sus padres. A veces ignorar los hechos que te pueden doler
basta para que el HK cambie de actitud, pero comunica a tus HP cualquier cosa
que te disguste, desde el primer momento.
Jade
(Belga, au pair en Inglaterra): “El mediano es
más tranquilo pero más pilluelo. Cuando están sus amigos me habla mal e intenta
ridiculizarme un poco por mi nivel de inglés (por chulear, obviamente), pero
paso de él y ya está, no puedo permitir que vea que me afecta.”
Mandy (Norteamericana, au pair en Brasil): “Estoy un poco hasta las narices de mi HK. Así de
claro. Tengo que disimular mi cara cuando se pone a decirle a su hermana que
“no” a todo. Muy sabionda. He hecho todo lo posible por tener una buena
relación con ella y no le da la gana. La única vez que me habló (y ahora me
sabe mal porque me emocioné) fue porque necesitaba algo sí o sí. Hablé con mi
HM sobre ello hace unos días y me dijo que no es que no le gustase, sino que es
muy tímida y le cuesta coger confianza. Vale... Ya veremos más adelante si
cambia la situación.”
Cuestión de
confianza
Si sientes que te cuesta establecer una relación
agradable con tus HK, no te desesperes, con tiempo y mucha paciencia, ya verás
cómo ganas su confianza y su cariño.
Barbara
(Norteamericana, au pair en Francia): “Por primera
vez, hoy he tenido que recoger a mi HK del cole yo sola. Estaba un poco
nerviosa porque no sabía cuál sería su reacción al verme a mí y no a su madre y
al final, su cara fue totalmente de decepción. No obstante, me estuvo enseñando
sus dibujos y estuvimos charlando de cómo le había ido el día.”
Liv
(Irlandesa, au pair en Italia): “Hoy mi HK no
quería jugar conmigo. A veces me hace totalmente el vacío. Esas veces me siento
realmente mal. Me fui a intentar jugar con él en el jardín (que tuve que
salvarla de mil caracoles), le hice un lagarto de papel que abría la boca, le
cantaba sus canciones del cole... Nada. Así que se fueron al parque con la
madre y, como era mi tiempo libre, decidí quedarme esta vez en casa. No puedo
implicarme tanto...”
► GRACIAS POR TU COMENTARIO, 100% AU PAIR ES TU VOZ ◄
No hay comentarios:
Publicar un comentario