Balance final
Queda
poco tiempo antes de que termine tu experiencia de au pair y ya es hora de
pensar en el regreso a tu país. Cuando llegaste tenías en la mente todo lo que
querías conseguir en siendo au pair, si miras hacia atrás y analizas lo que has
hecho, aprendido y conseguido ¿qué te parece? En general el balance es muy
positivo.
Dana (Alemana, au pair en Inglaterra): “Voy a ser sincera: tengo ganas de que acabe. No
porque odie a la familia, no porque me traten mal y tenga problemas ni nada de
eso, sino porque ser au pair acaba cansando. No se es completamente
independiente a pesar de tener una casa a parte y, aunque nuestra familia es
bastante liberal, no puedes hacer lo que te da la gana. No porque te digan que
no hagas una cosa u otra, sino porque por ti mismo no te sale. Me explico: si
me apetece hacer una fiesta en casa con diez personas todos los fines de
semana, no podría porque presiento que a ellos no les parecería bien. También acaba
cansando porque estás haciendo una cosa que, en el fondo, no te gusta. Yo he
estudiado en la universidad una carrera que no tiene nada que ver con esto y me
gustaría dedicarme a ello, no a ser au pair. Sé que no es para siempre, sólo un
año, pero a veces he llegado a plantearme "¿qué hago aquí y no trabajando de
verdad?". Pero sé a lo que vine y es mejorar el inglés y sacar
el First Certificate of Cambridge (¡¡conseguido!!) y vivir una experiencia
nueva conociendo la cultura británica más profundamente gracias a una familia.
Yo ya había convivido con familias británicas en su casa y ya sabía cómo era
este país más o menos, pero ahora que lo conozco más he de decir que no me
gusta nada su vida en general. Es aburrida. Pero no me arrepiento de este año,
he conocido bastantes sitios, buenos pubs, costumbres diferentes, personas
maravillosas y un clima distinto.”
María
(Española, au pair en Francia): “Recuerdo haber
llorado, haber estado a punto de volverme a España, haber acabado hasta los xxx
de los niños, pero sigo manteniendo que ha sido una experiencia increíble y
absolutamente todo lo que he pasado ha valido la pena.”
Élodie
(Francesa, au pair en Austria): “En estos tres
meses que he estado en Austria he vivido todo tipos de momentos, tanto buenos
como alguno un poco menos bueno, pero reflexionando en lo que ha sido esta
experiencia veo que en la balanza hay mucho más bueno que malo.”
Celia
(Francesa, au pair en Estados Unidos): “¡Todo lo
vivido, conocido, aprendido, experimentado durante esos casi doce meses como au
pair en Estados Unidos de América, fue genial! Es una muy buena experiencia que
recordaré toda la vida.”
Elena
(Argentina, au pair en Estados Unidos): “Finalmente
puedo decir que en estos once meses logré todas las metas que me propuse: fui a
Disney, conocí New York, me tomé una foto en el Golden Gate, fui a Los Angeles,
bese a un gringo, mejore mi inglés y recorrí muchos sitios... Ahora que mi año
está cerca del final me siento contenta de haber pasado por esta experiencia.”
Selva
(Española, au pair en Inglaterra): “Estos 10 meses
y 10 días aquí me han aportado muchas cosas, creo que venirme aquí fue la mejor
decisión que pude tomar. He conocido desde dentro cómo son los ingleses, sus
costumbres, sus aficiones y sus peculiaridades. Mi inglés ha mejorado mucho. He
visitado nuevos lugares, pasado mucho frío y visto nevar. He caminado a solas
por el bosque. Me he perdido en Londres. He conocido otros españoles que me han
hecho mi estancia mucho más agradable. He tenido mucho tiempo que perder. He
leído menos de lo que me gustaría. No me he sentido tan sola como pensé. He
conocido a una pequeña americana loca. He vivido un Halloween de miedo. He
visto un partido de rugby entero. Vi quemarse un muñeco en una hoguera y no era
San Juan. Me he bañado en una piscina con el agua helada. No he tomado el té
con la reina Isabel II pero si fui a ver a Santa Claus a su Grotto. Hice
natación con mi HK. He aprendido cuánto es una pinta. He planchado casi cada
día y no me ha costado hacerlo. Dormí una noche al raso frente a la embajada
española en Londres. He visto muchos episodios de mis series favoritas y muchas
películas, y he disfrutado mucho haciéndolo. No he escrito tanto como me
gustaría. He comprado mucho por Internet. He pasado buenas tardes haciendo
manualidades con mi HK. He visto muchos episodios de Peppa Pig y otros
programas infantiles. He vaciado el lavavajillas más de 200 veces y puesto aún
más lavadoras. He cenado a las 6 de la tarde. He aprendido a cruzar la calle
mirando antes a la derecha. He abierto una cuenta en el banco. He conseguido
hablar en inglés por teléfono.”
Amandine
(Belga, au pair en Alemania): “Después de once
meses, sé que pueden haber mil familias mejores que ellos, pero la mía es la
mejor que pudo haber para mí. Sé que he aprendido mucho de su forma de ver la
vida, que he madurado mucho bajo su techo, a ser más independiente, a buscar
maneras de valerme por mí misma, sí, todo ha sido una lección de vida. Sé que
tengo mucha suerte de estar en la familia que estoy, sé que todas las noches va
una oración por ellos para que siempre estén bien, para que nunca les falte
nada. Sé que trabajo más fácil que el mío no hay y que como le dije a mi host
mom un día, vivo como una princesa en su casa y no tengo cómo agradecérselo. Sé
que tengo todo su apoyo y que trato de dar lo mejor de mí para ser una ayuda en
sus ocupadas vidas. Sé que después de muchos altibajos y problemas (oh sí,
porque acá hubo más de un problema) los aprecio mucho y que vaya donde vaya
siempre los llevaré en mi corazón, porque la experiencia que he vivido
compartiendo parte de sus vidas no la olvidaré jamás.”
Gabriela
(Venezolana, au pair en Estados Unidos): “¡Me voy feliz,
porque lo logré! Hice todo lo que quería hacer en este viaje y mucho más. Logré
los objetivos que me había propuesto, y mientras cuidaba a los niños viajé a
muchos sitios, la pasé bien, conocí gente de todo el mundo, personas que se
quedarán en mi corazón para siempre, grandes amigas, fui independiente, crecí,
maduré, aprendí a valerme por mí misma en un país extraño, compré muchas cosas,
probé comidas de todos los países habidos y por haber, me monté en casi 16
aviones y estuve en una decena de aeropuertos diferentes, aprendí mucho de mí
misma, aprendí mucho de los demás, lloré inconsolablemente de impotencia, de
soledad, de nostalgia, pero también reí a carcajadas, bailé como si el mundo se
fuera a acabar mañana, viví con todo entusiasmo cada momento queriendo que esto
durara para siempre, pero también me desesperé y tuve tiempos de crisis: de los
de querer salir corriendo y de los de no querer regresar jamás.”
Algunas au
pairs se llevan tan bien con sus HF que no sólo han conseguido sus objetivos
sino que además han encontrado otra familia.
Shalini (Inglesa, au pair en Italia): “Yo que llegué
aquí con todos mis miedos e inseguridades, sin conocer a la familia, sin tener
ni idea de si las cosas saldrían bien, de si los niños me llegarían a
quererme... Hoy me doy cuenta de que he conseguido, durante este viaje, todo lo
que me había propuesto, y que me he integrado de tal forma que ahora llamo a mi
casa de acogida "mi hogar".”
La siguiente au pair
El
primer signo de que tu aventura de au pair termina pronto es la llegada de la
siguiente au pair. Muchas au pairs sienten la llegada de esta joven como un
remplazo, como alguien que les quita el sitio. Entonces hay que hacer un
esfuerzo y recordar cómo te sentías cuando llegaste, recordar lo perdida y sola
que te sentías y la importancia que tuvo la ex au pair cuando te ayudó a
entender cómo funcionaba tu nueva familia.
Hope
(Norteamericana, au pair en Portugal): “La otra au pair llegará en exactamente un mes y
esto se me acabó definitivamente. Sé que recoger todas mis cosas va a ser
triste, pero estoy al tiempo emocionada porque me regreso a casa después de un
año entero.”
Muchas au pairs comentan que les interesa saber
quién viene a ocuparse de sus HK y que les gusta participar en el proceso de
elección de la siguiente au pair.
Lisa (Chilena, au pair en Estados Unidos): “Esta semana salí un par de horas y
cuando regresé estaban mis host sentados en la sala con el computador al
frente; ya sabía lo que andaban haciendo y creo que mi cara de tristeza fue
inmediata. Me mostraron cómo es el proceso para escoger au pair, las
aplicaciones, video, referencias, etc. y vi la chica en la que estaban
interesados. Una semana más tarde mi HM me mandó un mensaje de texto para
contarme que ya me tenían reemplazo: será una alemana de 20 años cuyo nombre
medio se parece al mío… Estudia
enfermería, lo que significa que tendrá toda la paciencia del mundo con mis
niños (eso espero). Ella me buscó en FB, me agregó, y lo único que me preguntó
fue de qué país era. ¿¿Increíble, no??? Aún estoy esperando que aparezca para
preguntarme por mis niños, mis host, la casa, el coche… No sé, todas esas dudas
que una (o al menos la mayoría de las chicas) tiene antes de venirse. A mis
host eso también les preocupó, pero ya veremos qué pasa con mi futuro
reemplazo.”
Algunas HF piden a la au pair
actual que deje su habitación para que la nueva au pair pueda instalarse en
cuanto llegue, es un momento doloroso, primero porque marca de manera tajante
el fin de tu vida de au pair, pero también porque tienes que impresión de que,
aunque no te hayas ido todavía, ya no tienes lugar en esta familia.
Vicky (Irlandesa, au pair en Austria): “Terminé de “empacar” un martes en la
noche y ese mismo día me mudé al salón para dejarle mi habitación limpia y
lista a la nueva au pair. Se me salieron las lágrimas mientras movía todas las
cosas y esa noche me sentí rarísima durmiendo en el sofá. Lo más triste fue
cuando mis niños antes de irse dormir fueron a mi pieza y no me vieron ni
vieron mis cosas.”
Cuando llega la nueva au pair,
procura ser simpática con ella, si la notas fría y distante, quizás sólo se
deba a que está cansada, desfasada y asustada, como lo estabas tú cuando
llegaste. Ten paciencia, no la juzgues, eres la persona que mejor puede
entenderla y ayudarla.
Tatiana (Mexicana, au pair en Estados Unidos): “Ese viernes llegó la nueva au pair;
yo no sabía ni que sentir, aún no caía en la cuenta de que mi partida llegaría
pronto. Cuando la vi le di un abrazo de bienvenida que no fue muy amoroso que
digamos, es extraño saludar a alguien que sabes que se va a quedar con todo lo
que tú tienes ahora. La vi por cinco minutos y me fui a hacer un par de
vueltas, lo primero y único que pensé es que no era bonita (sí, soy mala). O
sea, yo quería ser agradable con ella…. Pero no es mi culpa que en ese momento
mi cuerpo sintiera otra cosa y lo de agradable no me saliera. El sábado fuimos
con mis niños y mi HM a visitar un museo, pero la nueva no quiso ir y me
pareció muy mal hecho de su parte porque era su primer día y una no rechaza
esas cosas por más cansada que esté, pero en fin… Decidí invitarla esa misma
noche a una fiesta para que conociera a las au pairs y aceptó feliz. Luego mis
HP nos invitaron a comer para darle la bienvenida y para hacer mi despedida. Yo
tenía que elegir el restaurante, así que escogí el mismo al que ellos me
llevaron la primera vez, tuvimos un buen rato aunque la bebé estaba más cansona
y llorona que nunca. Creo que le ayudé a la nueva a tener un buen primer fin de
semana y estoy contenta por eso, ojalá se adapte a esta vida rápido. Como nos
toca trabajar una semana juntas, decidí decirle que yo iba a hacer todo lunes y
martes, trabajaríamos juntas miércoles y ella haría todo jueves y viernes. Es
un buen trato, así le voy mostrando que hacer y cómo hacerlo; al fin de cuentas
yo trabajé un solo día con ayuda cuando llegué aquí; pero ella no va mal, yo sé
que aprender la rutina toma un poco de tiempo.”
Estos días que las au pairs
pasan juntas pueden ser el principio de una excelente relación, ella te
agradecerá todo lo que le enseñes y tú
sabrás con quien se quedan tus HK.
Danièle (Francesa, au pair en Estados Unidos): “Con la nueva au pair me la terminé
llevando bien, traté de hacerle una primera semana agradable llevándola a todos
lados, a comer helado, a ver películas, a Starbucks y otro par de sitios.
Tuvimos una buena relación en lo poquito que pude conocerla, tanto que la llevé
ese fin de semana a un cumpleaños.”
Me parece importante ser
honesta con la siguiente au pair y que sepa lo que le espera, sin asustarle
tampoco, si has vivido situaciones difíciles, coméntalo con ella, y desde tu
sabiduría de au pair con experiencia, dale los trucos para que ella no sufra
las mismas situaciones. Cada au pair es diferente y tiene su manera de
enfrentar cada situación, pero una au pair avisada sabe donde pisa.
Teresa
(Boliviana, au pair en Estados Unidos): “Soy partidaria
de la sinceridad y las cero vueltas, y más cuando se trata de explicarle a
alguien cómo va a ser su vida por un año. Entre cháchara y blablabla le comenté
mi rutina y... ups a la hora de hablar de host mom se me escapó que era un
toque falsa, fría y que hablaba sola como una loca con los trastos de cocina. Y
todo esto me llevó a pensar: ¿qué se cuenta y qué no? ¿cómo le afecta a la
nueva tus puntos de vista y cómo afecta eso su futura relación con la familia?
Con los meses, y escaso contacto con mi reemplazante me di cuenta de que solita
se dio cuenta de cómo era la familia (sobre todo la HM), de que nunca se dejó
engañar y se hizo respetar todo aquello que yo muchas veces dejé pasar. Me
sentí orgullosa de mí misma, por haber creado una au pair dura, e imaginándome
cuando me extrañan a mí, jajaja.”
Tus “últimos”
Cuando
llegaste viviste tus “primeros”, todo era nuevo e incluso encontrar el botón de
la luz o cómo funcionaba la persiana era un descubrimiento. Tuviste tu “primer
día de trabajo”, tu “primer baby-sitting”, tu “primer día libre”... ¡Cuántos
recuerdos! Ahora que tu aventura se termina, llegan tus “últimos” y toda la
nostalgia que conlleva pensar que cada cosa que haces, lo haces por última vez.
Kimi
(Sueca, au pair en Canadá): “Hace ya un mes
que comencé con lo que he denominado "crisis prepartida" que es
cuando ves que ya llega el final y el tiempo cambia a modalidad ultrasónica. Y
te das cuenta de que no has aprendido tanto como esperabas, que había mil cosas
que podías haber hecho y no has, cosas que podías haber hecho de otra forma...
En fin, todo eso que da lugar a que acabes rayándote la cabeza tres veces al
día. Yo, en mi caso, ya casi que lo tengo asimilado, y lo he cambiado por la
tristeza profunda que supone despedirte de una persona que te ha dado amor
desinteresadamente y en su estado más puro y natural... como es el amor de los
niños.”
Sacha
(Inglés, au pair en Brasil): “Lo que es completamente igual es el
sentimiento de no creerse que realmente en unos días estarás allí, me pasó
cuando vine aquí y me está pasando para volver ¿en serio ya terminó mi año? Con
todo lo largo que pareció a veces, ahora pienso en el verano y me parece que
fue ayer ¿Cuándo pasaron todos aquellos meses hasta ahora? Hace casi un año
estaba empezando aquí… Me parece increíble. Pero sí, mi año terminó, a partir
de hoy todo va a ser un “ésta es la última vez que…”, será mi último martes, mi
último miércoles, mi último jueves, mi último fin de semana… Ya sólo queda
tiempo para despedidas.”
Ryan
(Inglés, au pair en Francia): “Es
mi última semana y esto se empieza a acabar, no me lo creo del todo, pero así
es... No hace falta decir que parece que fue ayer cuando estaba entrando por
primera vez en la casa a altas horas de la mañana, y cuando dos cabecitas
asomaron por la puerta de la que era mi recién estrenada habitación, a
tempranas horas un sábado, para conocerme muy emocionados y enseñarme todos sus
juguetes y habitaciones...”
Ximena (Española, au pair en Irlanda): “Es mi último mes aquí. No sé qué voy
a hacer cuando me vaya, bueno, sí, seguir con mi vida normal que tampoco se
acaba el mundo, pero les he cogido mucho cariño, bueno... qué narices cariño,
les quiero mucho, como mi segunda familia que se han convertido. Se me cae la
baba con los niños, me encanta pasar tiempo con mi host mum, comentar los
deportes y bromear con mi host dad, la hora de la cena todos juntos, salir a
dar una vuelta por las mañanas, mi habitación, mi cama inmensa de matrimonio,
que me venga a despertar mi HK con abrazos los fines de semana, que mi niño
venga a mi habitación unas seis veces de media todos los días antes de irse a
dormir... cosas que se han convertido en cotidianas en mi vida aquí y cosas que
voy a echar mucho de menos.”
Grace (Irlandesa, au pair en Italia): “Mañana es mi
último día de trabajo. Ayer, mientras acostaba a mis niños en mi último
baby-sitting, mi niño mayor me pidió que me recostara a su lado. Luego me
abrazó y me pidió que no me fuera nunca. Yo no me fui, y me quedé pensando en
lo mucho que me iba a costar despedirme de ellos y en el cariño que les había
cogido... Con tanto pensar, al final terminé dormida. Más tarde me desperté con
sus pies en mi cara y decidí irme al salón. Me di cuenta de lo mucho que voy a
echar de menos esta rutina que pasa tan endemoniadamente rápido, de lo mucho
que voy a extrañar sus sonrisas, sus enfados, sus voces agudas, sus llantos; en
fin, todo lo que los define... Estos niños han sido mi verano, y este verano ha
sido el mejor de mi vida.”
Ahora que
termina tu aventura de au pair, te das cuenta de cuánto cariño sientes no sólo
hacia las personas que te rodean, sino a los lugares donde has vivido estos
últimos meses.
Alicia
(Boliviana, au pair en Estados Unidos): “Me quedé,
plantada bajo la nieve, viéndola caer, viendo Central Park completamente
blanco, en uno de esos momentos de melancolía que me entran a veces. Y miraba
al perro y pensaba “¿será esta la última vez en mi vida que vea Nueva York
nevado?” y el perro mientras tanto iba pegándole bocados a la nieve, que es
algo que le encanta y que debe ser súper entretenido. Desde luego estoy segura
que será la última nevada de este año y dentro de nada la primavera ya estará
aquí y con ella mi fecha de partida. Es raro tener tanas ganas de que algo
suceda y que sin embargo, al pensar en ello a veces te entre tanta tristeza.
¡Voy a echar de menos esta ciudad!”
Brooke (Norteamericana, au pair en Dinamarca): “Hoy ha sido mi último día en este pueblo, que al
principio me pareció aburrido, pequeño y maloliente, sigue siendo todo eso…
pero además se ha convertido en mi hogar durante estos meses. Voy a echar de
menos muchas cosas de aquí. La amabilidad que tiene la gente, lo brillante que
es todo cuando sale el Sol (esas 4 veces que lo ha hecho), el tener el bosque
tan maravilloso y tan cerca, la plaza mayor, el cole, el templo, el parque, el
cementerio…. Son muchos lugares que he visto a diario y de los que ahora me
tengo que despedir. Esta sensación es muy rara y horrible. Por no hablar de la
casa. Esta casa que tantas veces he limpiado, en la que he vivido, el baño
donde me he duchado tantas veces, mi cama, mi pared con mis dibujos colgados,
mi armario, mi cocina, el cuarto de las niñas… Son tantas cosas.”
Tus HK
también están tristes de que te vayas, para ellos también es doloroso. Haz que
tus últimos días con ellos sean preciosos.
Alix
(Francesa, au pair en Grecia): “La pequeña me abrazaba todo el rato y me decía que
no quería que me fuese y que me iba a estar abrazando durante todo el día y
toda la noche y me escribió una carta
diciéndome que soy la mejor au pair del mundo.”
Emma (Mexicana, au pair en Inglaterra): “La semana transcurrió normal, yo sólo
podía pensar en que era la última vez que iba a cuidar a mis mugrosos así que
traté de abrazarlos cada vez que podía y de decirles que los adoraba muchísimo.”
Edith (Inglesa, au pair en Francia): “Estaba viendo con mi host mum y el mayor “Ice Age”
y al final le dice la madre al niño: "le vamos a decir a Ana cuando se
vaya: que no nos olvide que nosotros nunca la olvidaremos"… casi me pongo
a llorar como una magdalena.”
El saber que te quedan pocos
días te va a ayudar a llevar ciertas situaciones con más calma y relajación. Ya
no es momento para enfrentamientos, sino para disfrutar de lo último que te
puede ofrecer tu vida de au pair.
Kaisa (Finlandesa, au pair en Canadá): “Con mi HF la cosa va muy bien, ahora
que me queda poquito tiempo me la estoy llevando mejor que nunca porque si algo
malo pasa me digo a mi misma “relax que ya casi te vas de aquí, son tus últimos
días”. Mis niños están creciendo muy rápido y yo me estoy poniendo nostálgica
porque ahora una “aparecida” (la futura au pair) los va a cuidar y yo no voy a
estar aquí para decirles que está bien y que no… me volví medio mamá, los
siento casi míos.”
Todo lo que vas a
echar de menos
Cuando
queda poco tiempo antes de que te vayas, empiezas a pensar en todo lo que
echarás de menos cuando estés en tu casa y hayas vuelto a tu “vida normal”.
Razón demás para aprovechar al máximo y disfrutar de todo antes de que se
termine.
Eli
(Francesa, au pair en Irlanda): “Quiero
aprovechar todo, cada momento, porque todo esto lo voy a echar de menos cuando
vuelva a casa. Toda mi vida recordaré mis dos meses siendo irlandesa, mi Irish
home, mi casa, mis Irish family.... Es cierto que he tenido algunos
problemillas con mi HM pero cada día estamos mejor. Cada día tenemos más
confianza.”
Delphine
(Francesa, au pair en Estados Unidos): “Hay días, como
el de ayer, que me los paso enteros pensando en lo que voy a echar de menos a
las niñas, que sólo me quedan 15 días de ellas, de la casa, que tengo que
disfrutadlos al máximo, que se me van a pasar rapidísimos.”
Melanie
(Colombiana, au pair en Inglaterra): “Voy a echar de
menos a esas dos enanas una barbaridad. Imaginad que convivís con ellas cada
día durante diez meses, que sí, que te despiertan temprano, que la pequeña es
muy muy ruda cuando quiere... pero son partes de ti. Se te ha hecho tan normal
verlas cada día que ahora es muy chocante saber que no las vas a ver más, y que
si lo haces será dentro de bastante tiempo, cuando tengan otros tamaños y sean
otras personas diferentes.”
Agathe
(Francesa, au pair en Portugal): “Tampoco puedo
dejar de pensar en lo mucho que voy a echar de menos a mi HM, su ayuda
infinita, sus miradas de complicidad, sus charlas por la noche cuando la casa
está tranquila, sus pérdidas de paciencia con los niños, su confianza, su
amistad... Así como las canciones de mi HD al atardecer, su sonrisa
tranquilizadora, su capacidad para escuchar.”
Las maletas (otra
vez…)
¿Te acuerdas de
la dificultad de meter toda tu vida en una maleta, todo lo que te sería
absolutamente imprescindible para irte de au pair? Pues ahora tienes que
llevarte no sólo lo que trajiste, sino además todo lo que compraste en tu nuevo
país.
Maya
(Boliviana, au pair en Estados Unidos): “La maleta: no sé porqué lo pongo en singular. Juro
que no soy ninguna loca de las compras, todo lo contrario, tampoco he comprado
tantísimas cosas aquí, y bueno, me es completamente imposible volver con la
misma cantidad de equipaje que cuando vine. Ya tengo mi maleta llena y cerrada
y mi armario está aún lleno de ropa ¿mi solución? pagar una maleta extra y
comprarme una maleta nueva. Hoy empiezo a llenarla, pero sé que hay cosas que
tendré que abandonar a su suerte. En total mi equipaje serán dos maletas
grandes, una maleta pequeña y una mochila.”
Malena (Española, au pair en Alemania): “Al venirme una maleta de 21 kg y la de mano de 9.
Al volverme: dos cajas de 15 kg cada una (en su mayoría libros y apuntes de
alemán, más libretas y una carpeta) y toda la ropa de verano, porque mi maleta
iba llena de los apuntes de la universidad que no me fiaba de mandar en cajas,
la maleta de 24 kg y una de mano de 13. Apocalíptico. Es lo peor de todo el
tema del equipaje, y es cuando te acuerdas de cuando estabas en España haciendo
las maletas para venirte y pensabas "¿esto me lo llevo? ¿esto no me lo
llevo? ¿me llevo el secador?" y te ríes ahora porque no sabes cómo narices
llevarte el secador de vuelta.”
Regalos de despedida
Regalos a la
llegada, regalos a la salida. En general el momento de la despedida es la
ocasión de intercambiar regalos. Con un poco de suerte, la HF recordará las
restricciones de peso de tus maletas y te regalará algo ligero. Un regalo muy
apreciado por las familias son las fotos de tus HK contigo, queda como eterno
recuerdo de los meses que viviste con ellos.
Carlota
(Mexicana, au pair en Estados Unidos): “Por la noche les di a la familia un álbum de fotos
que había hecho para ellos tipo Scrapbook. La anterior au pair les hizo uno,
así que pensé que sería una buena idea hacérselo del mismo estilo y lo tuvieran
del tipo "colección". Les hizo mucha ilusión y todos me dieron las
gracias. Aunque tratan muy mal las cosas y no sé en qué estado estará el álbum
en un mes, pero eso ya es cosa de ellos. La verdad es que lo hice de corazón
así que espero que lo puedan valorar de ese modo.”
Clemencia
(Chilena, au pair en Canadá): “Por la noche me hicieron un regalo muy chulo: una caja de madera con
tarjetas y sobres para escribir. Lo malo del regalo es que pesaba lo suyo y
hacer hueco en la maleta de una au pair a un día de terminar su año para un
objeto pesado inesperado no es cosa fácil. Así que cuando yo digo que en este país
no piensan de forma funcional, por algo lo digo. Pero bueno, ya dejo de
quejarme que al final todo salió bien y el regalo me gustó mucho. Yo las había
hecho un montaje fotográfico con las fotos de todo el año y les gustó mucho.”
Alex
(Inglés, au pair en Francia): “Las niñas
estaban viendo la tele. Les di mi regalo, un álbum de fotos, cuando terminaron
de desayunar. ¡¡Les encantó!! Y a mi HM también le gustó mucho. Mi HK mayor no
soltó el álbum en todo el día, y la pequeña lo veía una y otra vez.”
Martine
(Belga, au pair en Estados Unidos): “Como mini regalo de despedida ando haciendo un
scrapbook (dícese álbum de fotos) chiquitito con fotos de mis niños desde que
llegué, aunque la verdad no es que tenga muchas. Se lo quiero dejar a mi
reemplazo para que se los dé en Navidad, sería más nostálgico ¿no? Aunque me
gustaría verles la cara a mis host cuando lo reciban. Quiero comprarles
detalles simples para Navidad si el dinero me alcanza, entre ellos un set de
vasos de cristal; desde que estoy aquí he quebrado alrededor de 6, ¡tengo el
record! Mi HM me dijo que empezara a usar vasos de plástico como los niños.”
Las despedidas
Ha llegado el
momento más difícil: la despedida. ¡Cuántas cosas han pasado desde que llegaste
hace unos meses! Has compartido tanto con tu HF, momentos excelentes y momentos
horribles. Gritos y risas. Estrés y bienestar. Ha llegado la hora de
despedirte.
Algunas HF
organizan una comida, una cena o una pequeña fiesta de despedida para su au
pair.
Angie
(Irlandesa, au pair en Italia): “El jueves fue
la despedida con la familia, el día fue normal y por la noche comimos tarta y
me dieron mis regalitos: dinero y un marco con un papel con las manos de los
niños y dándome las gracias.”
Firmina (Mexicana, au pair en Estados Unidos): “Me prepararon una cena especial y
cenamos en el salón, hicieron barbacoa, patatas, un montón de cosas ricas... y
cuando tocaba el postre se fueron mi host mum, mis HK... y entraron de nuevo en
el salón con una tarta con velas. Diciéndome que muchas gracias. Y claro... yo
llorando. Les abracé y les dije que les quería mucho... No sólo hubo tarta,
también compraron pasteles, otro tipo de tarta y helado. Se portaron genial.
Después nos quedamos viendo la ceremonia de clausura de las olimpiadas y me
host dad comentó: "¡Ay, te vas tú y te llevas las Olimpiadas!
¡Definitivamente no tienes que irte!". En qué momento... ahí empezó el
drama. Yo estaba sentada en el sillón individual... vino mi HK como alma en
pena y me dijo medio llorando: "¿abrazo?". Le abrí los brazos, se
lanzó a mí, se enroscó, y empezó a llorar diciéndome: "No te vayas, por
favor, no te vayas por favor". No dejó de llorar abrazado a mí en toda la
ceremonia de clausura... sin dejar de decirme que por qué me iba, que no lo
entendía... Cuando le dije que tenía que estudiar me dijo: "¡¡Pero puedes
estudiar aquí, puedes estudiar en el ordenador!! Y si tienes alguna duda... hay
muchos libros en tu habitación". Bendita inocencia infantil.”
Puede
ser el momento de pedir perdón, hacer borrón y cuenta nueva, dejar atrás los
malos recuerdos y despedirse con pensamientos positivos.
Clotilde
(Francesa, au pair en Inglaterra): “El jueves pasado estuve cenando con
ellos, fue “La última cena” y la HM estuvo hablando conmigo y me pidió perdón.
Me dijo que creía que había sido muy estricta conmigo y que se había enfadado
muchas veces, y que lo sentía mucho porque normalmente no es así con sus au
pairs, que era porque debido a su impaciencia, le cuesta mucho explicarme las
cosas para que la entienda, y que lo sentía mucho. Pero que le había encantado
yo, y que me iban a echar mucho de menos.”
Dejar
una notita que puedan descubrir cuando ya te has ido es una idea muy bonita y
seguro que les gustará a todos.
Jackie
(Norteamericana, au pair en Ecuador): “Antes de salir hacia el aeropuerto he escrito una
nota para mis niñas diciéndoles que he tenido un año genial y lo he pasado muy
bien con ellas y se la he dejado encima de la cama. La encontrarán cuando
vuelvan del colegio.”
Es muy difícil no llorar cuando te separas para
siempre de personas que son ahora como tu familia, no intentes aguantar las
lágrimas, expresar tu pena es totalmente normal.
Jade (Francesa, au pair en Italia): “El drama empezó cuando mi host mum
llamó para decirme que le era imposible salir del trabajo y que tenía que
despedirse de mí por teléfono... Lo que lloré... mucho, muchísimo. En la
cocina, teléfono en mano... y llorando a lágrima viva... De hecho ahora se me
saltan las lágrimas... soy un poco tonta.”
Elisabeth (Venezolana, au pair en Estados Unidos): “Y mi niño se enganchó a mí llorando
como nunca le había visto llorar, seguido de mi niña, pidiendo por favor que no
me fuera... Empecé a llorar muchísimo, abrazándonos los tres, diciéndoles que
les quería mucho, que les iba a echar de menos... Mi niño no paraba de llorar,
decía que no me iba a dejar irme, que si no me soltaba yo perdería el
autobús... Estuvimos así como cinco minutos, abrazados los tres llorando. Hasta
que mi host dad les dijo que me soltaran o yo perdería el autobús (a lo que
respondieron ¡Es lo que queremos!). Finalmente tuvo que arrancarlos,
literalmente, de mí... El problema es que cuando arrancaba a la pequeña, se
volvía a enganchar su hermano, y viceversa... Les di mil besos, mil abrazos y
hubo muchas, muchísimas lágrimas... Me despidieron desde la ventana llorando...
y les perdí de vista...”
Laura (Peruana, au pair en Canadá): “El fin de semana pasó, yo terminé de
empacar y el lunes tuve una pequeña reunión con mi HF, hicimos galletas de
navidad, conversamos, nos reímos, lloramos (mi HM lloró conmigo) y me dieron un
hermoso scrapbook digital con fotos mías y de los niños. Yo les entregué un par
de regalos y me despedí de mi HM porque ella salía al día siguiente muy
temprano a trabajar y no la vería más. Fue demasiado triste, no podía aguantar
las lágrimas.”
Cuando te vas no sólo dejas
atrás a tu HF, sino también a todas las amigas que has podido encontrar durante
tu estancia.
Odette (Belga, au pair en España): “He abrazado a
la señora que viene a limpiar, con la que he pasado horas y horas de
conversaciones en las que he aprendido muchísimas cosas de la vida de una
persona que tiene que emigrar de su país, tras años de trabajar como maestra
allí y limpiar la casa de otra gente que no habla su idioma para que sus hijos
puedan estudiar.”
Louisiana (Ecuatoriana, au pair en Estados Unidos): “El domingo por
la noche acompañé a mi amiga Mari a la estación de Grand Central. Nos habíamos
prometido hacerlo rápido y lo más indoloro posible. Nos abrazamos, le di
gracias por este año, ella me las dio a mí ya con la voz quebrada. Nos
“desabrazamos”, nos dimos la vuelta y cada una anduvo para su lado. Yo
aguantando las lágrimas…”
Quizás lo más difícil y
doloroso sea despedirte de tus HK. Te han llevado mil veces al borde de la locura,
te han dado miles de besos, te han hecho enfadarte, te han hecho reírte y ha
llegado el momento de decirles adiós, de salir de su vida.
Alexia (Española, au pair en Inglaterra): “Esta mañana, ha sido la
despedida final… mis niñas. Una vez que se fueran al colegio ya no las vería
más. La peque me ha dado mil besos y abrazos y la mayor lloraba y se me
abrazaba y no se quería ir al colegio y me ha hecho jurar que mañana vamos a
hablar por Skype.”
Los HK más pequeños no se dan
realmente cuenta de lo que está pasando, quizás sea mejor así.
Angela (Argentina, au pair en Estados Unidos): “A la mañana siguiente me levanté muy
temprano, no fui capaz de dormir mucho. Alisté todo y esperé a que mi HD
volviera del trabajo para llevarme al aeropuerto. No podía del dolor de
estómago, me sentía horrible, nerviosa, triste, ¡tenía una cantidad de cosas en
la mente! A mis niños los abracé, les dije cuánto los quería, me despedí
llorando obviamente y me fui, pero ellos aún no entendían bien que pasaba. Mi
HK vio mis maletas y me preguntó adónde iba, yo lo único que podía decirle era
que iba a estar con mi mami y él me miraba pensativo.”
Paola (Italiana, au pair en Irlanda): “Lloré al darles los regalos el viernes por la
mañana, fue muy triste. Triste de lamentable, digo. Los críos felices porque
tenían regalos y yo llorando. No se daban cuenta de que eran regalos de
despedida.”
Los HK que han tenido muchas au pairs a lo largo de su
vida ya saben cómo funciona, saben que estás con ellos por un tiempo limitado,
que después vendrá otra y así. Eso no significa que no te quieran y no sufran
tu partida, es que han aprendido a interiorizar su pena, porque saben que no
pueden cambiar nada.
Vicenta
(Uruguaya, au pair en Estados Unidos): “En el momento
de la despedida, no lloré nada, luego por la noche un poco por una mezcla de
cosas, pero es por el choque, llevo deseando tanto volver tanto tiempo que
ahora esto para mí en parte es positivo, pero triste. ¡Es súper raro todo!
jajaja. No lloré, las niñas tampoco, porque están muy acostumbradas. Sólo les
deseo que encuentren una au pair que se quede mucho tiempo con ellas y no
tengan que pasar tantas veces por esto.”
Sentimientos
encontrados
¿Recuerdas esta mezcla de
sentimientos que sentías antes de irte como au pair? Miedo y estrés se
mezclaban con las ganas y la alegría de irte. Pues ahora tenemos lo mismo, lo
único que cambia es el destino del avión…
Gisele
(Española, au pair en Alemania): “Pero,
centrándome en el presente, puedo decir que me siento en un punto con sentimientos
totalmente contradictorios: por un lado me apetece llegar a España, y es que
echo terriblemente de menos a mi familia y mis amigos; pero por otro no soporto
la idea de irme de aquí y dejar lo que para mí es ahora mi vida: esta familia,
este idioma, estas costumbres, estos horarios, este ritmo.”
Justine (Belga, au pair en España): “Menos de 2 meses, en realidad como mes
y medio; eso es lo que me queda de au pair. Cuando digo eso una cosa rara me
recorre el cuerpo; es que aún no me lo creo, todo ha sido tan rápido. Antes de
venirme no podía pensar en otra cosa más que en mi llegada, y ahora, en lo
único que pienso es en mi regreso. ¿Feliz? Digamos que sí, eso habrá que
responderlo después.”
Alice
(Inglesa, au pair en Austria): “Quiero estar en
casa y aquí al mismo tiempo. Quiero que llegue el día de volver y no quiero que
llegue nunca. Echo de menos el verano en mi país y no lo echo de menos. Y así
todo el día. A la conclusión que he llegado es que me voy a clonar y ya está,
todo solucionado.”
Juana Carlota (Boliviana, au pair en Estados Unidos): “Ahora me paso los días contando los
días que me quedan para irme, de todas las maneras posibles, por días de la
semana, por números, por días que trabajo y días que tengo libres... Los cuento
con muchísima ganas de que pasen y con muchísima pena de que pasen... Son
sentimientos encontrados.”
Inmaculada (Española, au pair en Francia): “Tengo ganas de
ver a mi familia y amigos, muchísimas ganas; pero a la vez me da una pena
tremenda pensar en la idea de irme...”
Ilda (Sueca, au pair en Estados Unidos): “Siempre creí que 12 meses era mucho, ahora pienso
que es muy poco. Lo difícil no es sólo venir, también va a ser volver. Claro
que quiero ver a mi familia, que no cambio mi querida ciudad por nada de nada.
Pero pensando en todas las cosas nuevas que de algún modo una construye acá es
difícil imaginar cómo hacer para volver a encajar en tu propia vida que dejaste
en pausa.”
Georgina (Irlandesa, au pair en Francia): “Y bueno,
poniéndonos profundos, los nervios son diferentes que cuando vienes, sobre todo
porque sabes la gente que te está esperando allí, y sin embargo, cuando viniste
al principio no sabías del todo como iba a ser lo que te estaba esperando aquí,
además no hay entrevistas por Skype, sólo conversaciones con tu madre, tu novio
o alguna amiga, pero nervios hay, aunque sean diferentes, cada vez que lo
piensas se te agarran al estómago. En mi caso es una mezcla agridulce, entre
pena e inmensa alegría, porque aunque llegó el ansiado final, aunque me despediré
de mi nada querida HM para siempre, también tendré que decir adiós a muchas
cosas que me gustan de aquí.”
Diane (Mexicana, au pair en Estados Unidos): “Treinta días es lo que me queda… y a
estas alturas todos los días me levanto con una emoción diferente: “me quiero
quedar, extraño mi vida normal, quiero seguir aprendiendo, necesito un abrazo
de mi mamá, voy a extrañar a mis niños, quiero mi vida de estudiante”, oh por
dios, me estoy enloqueciendo de tanto pensar; pero es que para que sientan lo
que yo pues ¡tienen que vivirlo!”
Kendra (Sueca, au pair en Portugal): “¿Cómo me
siento? Pues la verdad es que ahora mismo cansada, un poco nerviosa y muy
emocionada. Aún queda un poco de la melancolía que me ha estado persiguiendo
estos cuatro últimos días, pero la verdad es que tengo unas ganas locas de
volver a ver a mi familia, a mi novio, a mis perritas… y sólo puedo pensar ya
en eso.”
Marcelina (Rumana, au pair en Canadá): “Las cosas no son tan sencillas
como: se acabó tu año, ve al aeropuerto y súbete al avión. Todo lleva un
proceso y al igual que cuando se empieza esto de ser au pair te tiras unas
semanas/meses (depende de cada caso) preparándolo todo, cuando se aproxima el
momento de la vuelta pasa un poco lo mismo.”
Véronique
(Francesa, au pair en Italia): “Muchos
me dijeron que empezar esta experiencia sería difícil, pero nadie me advirtió
que el volver a casa podría ser mucho peor.”
Ruth
(Inglesa, au pair en Francia): “Fue un día raro, me daba mucha pena dejar a los
niños pero tenía muchas ganas de irme, creo que no me daba cuenta de que igual
no les volvía a ver nunca.”
Yoli
(Danesa, au pair en Italia): “Pero esto es
así, es esa sensación agridulce que se siente. Por un lado te parte el corazón
totalmente, porque las quieres mucho, pero por otro estás muy feliz porque vas
a ver a tu familia, y vas a volver a casa que también la echas de menos....
Pero merece la pena todo por haberlas conocido, por haber estado con ellas.
Siempre serán mis pequeñas HK.”
► GRACIAS POR TU COMENTARIO, 100% AU PAIR ES TU VOZ ◄
No hay comentarios:
Publicar un comentario