Incertidumbre antes
de volver
Cuando
te quedan pocos días antes de volver a tu país, a tu casa, te asaltan mil
dudas: ¿qué pasará cuando llegues a tu país? ¿la gente habrá cambiado como tú?
¿lograrás integrarte a tu casa? ¿qué harás? ¿estudiarás, buscarás trabajo?
Tienes la cabeza llena de preguntas y lo más extraño es que se trata de volver
a tu casa, a tu ciudad… ¿puede ser que te cueste adaptarte a lo que siempre fue
tu vida?
Tatiana (Española, au pair en Francia): “En España las cosas no andan estupendamente como
todos sabemos y prefiero guardarme el dinero ahorrado porque no sé si
encontraré trabajo cuando llegue, si tardaré en encontrarlo, si tendré que
volver a emigrar… no sé nada de mi futuro en ese sentido.”
Judi (Norteamericana, au pair en Italia): “Me siento orgullosa de mí, de lo que he hecho y de
la forma en que lo he hecho y si pudiera echar el tiempo atrás no cambiaría
absolutamente nada. Confieso que
tengo miedo y nervios de regresar a mi casa y no poderme acostumbrar otra vez a
la vida que llevaba antes, de no hallarme de nuevo en mi vida porque ya no soy
la misma que salió de mi país hace nueve meses, para bien o para mal esta
experiencia te cambia muchísimo, así que sólo me queda desear lo mejor y
esforzarme para adaptarme a todo de nuevo.”
Belinda prefiere tomarse un tiempo, una especie de
transición entre su vida de au pair y la vuelta a su vida “de antes”. Este
tiempo puede ser muy provechoso para pensar en tu futuro, en lo que quieres
hacer.
Belinda (Venezolana, au pair en Estados
Unidos): “Terminé el contrato con la familia y
me mudé a San Francisco durante todo un mes gracias a la generosidad de mi
amiga, disfrutando de la ciudad y de mí misma para reflexionar en cuál sería el
siguiente paso.”
Volver a casa es también perder la independencia
económica que tenías siendo au pair, ganabas tu dinero, era poco, pero te daba
la posibilidad de ser autónoma, de salir, de comprarte esto o lo otro.
Yvonne (Danesa, au pair en España): “El “problema” será adaptarme a mi nueva-antigua
vida y mirar qué hacer para no pasar tanto tiempo en mi casa; ahora soy una
persona independiente económicamente, y eso cambia mi vida por completo. La
idea que tengo es buscar un trabajo de medio tiempo cuando llegue a mi país,
ojalá pueda hacerlo.”
Volver a encontrar a
tu gente
Después
de tantos meses de separación, de sólo verse tras una pantalla e intercambiar
cientos de mensajes, por fin ahí están todos: tu familia, tu novio, tus amigos,
tus mascotas. ¡Cuánta emoción!
Ann (Inglesa, au pair en Austria): “Pasé la puerta de llegada del aeropuerto y ahí
estaban todos: mis padres, mi hermano, mi hermana, mis abuelos y mis dos
mejores amigas, nos pusimos a reír, llorar, abrazándonos todos y montando el
show. ¡Qué alegría!”
Rebecca (Española, au pair en Canadá): “Llegué a mi casa. Mis tíos, con mi primito, mis
hermanas, mis abuelos... estaban allí esperándome. ¡Mi madre y mi abuela
incluso lloraban! Qué agradable es poder ver que todos los tuyos están bien.”
Volver
a ver a tus amigas te ayudará a que te sientas a gusto, de nuevo en “tu
ambiente”, tendrás mil anécdotas que contarles y ellas te pondrán al tanto de
lo que ha pasado mientras tú no estabas.
Sonia (Española, au pair en Estados Unidos): “A mis amigas me les aparecí de
sorpresa el jueves en la noche, nos dimos un abrazo triple y no me sentí rara
para nada, nuestra amistad sigue intacta a pesar de que durante mi año en USA
no tuvimos mucho contacto. En ese momento me alegré de estar aquí, porque allá
ya me estaba sintiendo sola. El problema de ser au pair es que tus amigos
siempre van a variar, porque cuando tú llegas hay otras au pairs que están a
punto de irse. Hice amigos, pero ninguna de esas amistades me hizo sentir tan
cómoda como mis viejas amigas.”
Estar
lejos de tu novio ha sido muy difícil, es hora de volver a estar con él y
disfrutar de su presencia y de su amor. Un chico que te ha sabido esperar tanto
vale mucho.
Kim (Sueca, au pair en Portugal): “Mi novio ya me tiene hasta el menú preparado con
todas las cosas que me gustan para los primeros días, entre él y mis padres me
van a cebar la primera semana, pero me dejaré con gusto.”
Jennifer (Belga, au pair en España): “El lunes mi chico y yo nos fuimos de viaje al
norte. Alquilamos una casa rural y nos pasamos unos días recorriendo playas, lagos,
parques naturales, acantilados… con un sol inusual para el lugar y las fechas,
que nos acompañó casi todo el viaje… ¡incluso nos bañamos en una de las playas!
¡Os podéis imaginar cómo fueron esos días! Era una extraña sensación entre
“hubo unos días en los que creí que esto no iba a suceder nunca” y “¿en serio
estuve un año fuera?” No sé si lo explico bien.”
Las mascotas son increíbles, por mucho tiempo que
te hayas ido, siempre se acuerdan de ti y cuando llegas te hacen una
demostración loca de su amor por ti.
Constance (Francesa, au pair en Estados Unidos): “Lo primero que hice fue subir a dejar las maletas a
casa y a ver a mis perritas. Las dos me reconocieron en cuanto me vieron,
aunque la verdad es que no daba abasto para achucharlas a las dos a la vez, a
pesar que me parecieron súper pequeñas en comparación con el enorme Golden
Retriever que tenía en Los Ángeles.”
Volver a
acostumbrarte
Puede
parecer raro, pero al volver a tu casa, en tu país, en tu ciudad, con tu gente,
te darás cuenta de que aunque esta sea tu vida “de toda la vida” es posible que
te cueste acostumbrarte…
Algunas
personas vuelven a integrarse con muchísima facilidad, aunque hayan cambiado
con la experiencia de au pair, vuelven a adaptarse perfectamente y muy
rápidamente a su antigua vida.
Beth (Inglesa, au pair en Francia): “No hubo ninguna complicación, todo el mundo seguía
aquí, como cuando me fui, las cosas estaban exactamente en el mismo sitio en el
que las dejé y todo el mundo me estaba esperando con los brazos abiertos. No
pudo ser más fácil.”
Tina (Española, au pair en Estados Unidos): “Cuando me marché de au pair, lo que más miedo me
daba es lo que me perdería al no estar "allí", en mi tierra. Pero
cuando regresas, te das cuenta de que nada ha cambiado. Tu familia sigue igual,
más felices que nunca al verte. Tus mascotas te siguen recordando y te
demuestran que para ellos, desaparezcas el tiempo que sea, ahí seguirán para
recibirte como si hiciera meses que no te ven (aunque esta vez, sea verdad).
Tus amigos siguen visitando el mismo bar cada viernes, y aún frecuentan el Mc
Donald’s a las tres de la mañana del sábado, te cuentan todos los cotilleos que
te has perdido; Marujita ha cortado con Menganito y alguno que otro ha hecho
alguna que otra locura.”
Para
otras au pairs, son cambios mínimos pero sí que se notan como les cuesta un
poco volver a acostumbrarse tras unos meses o un año fuera.
Puede
ser la cama que pasó de ser la más cómoda a parecerte muy dura después de
probar otra…
Lucinda (Mexicana, au pair en Francia): “Uno de los momentos más difíciles
fue cuando toqué de nuevo mi cama, antes de irme era la mejor del mundo… ¡pero
esta vez se me hizo muy dura! Me volví un poquito exigente; no pude dormir bien
los primeros dos días pero ya me acostumbré de nuevo.”
O
el clima que tanto cambia de una región a otra…
Linda (Argentina, au pair en Estados Unidos): “Al otro día me tocó desempacar
maletas y eso me tomó casi todo el día, al final ya estaba desesperada porque
en mi viejo armario ya no cabía una aguja; me tocó sacar muchísimas cosas para
regalar. Lo único malo es que de Estados Unidos me traje casi toda la ropa para
el frío y aquí me ando muriendo de calor; obviamente pasar de 8°C a 27°C no es
que sea fácil.”
El jetlag, este cambio de horario que sufriste a llegar
a casa de tu HF de nuevo te da problemas, insomnios cuando hay que dormir y
sueño cuando hay que estar despierta…
Tracy (Norteamericana, au pair en Italia): “Mis
primeras semanas en Estados Unidos. Unos días maravillosos rodeada de mis seres
queridos (incluyendo a mis perritas, claro) y buena comida y luchando contra el
jetlag que estuvo conmigo durante tres o cuatro días.”
Tras
haber necesitado unos cuantos días para adaptarte a tu nueva moneda durante tu
experiencia de au pair, resulta que te vuelve a pasar lo mismo en tu propio
país… Lo más divertido es esta costumbre de expresarte de manera espontánea en
ese idioma que tanto te costó aprender y ver las caras de los que saben que no
eres extranjera.
Kira (Polaca, au pair en Inglaterra): “Para mí, volver a Polonia fue tan normal que me
resultó súper raro, quiero decir, porque tenía la sensación de que en realidad
nunca me había ido, así que me adapté súper bien, me esperaba otra cosa, no sé
muy bien el que la verdad. Al principio si tuve algunos problemas con mis “Ok,
sorry y Oh my God”, que salían de mi boca en los momentos más inesperados, pero
en seguida me hice con ellos. También me costó comprender de nuevo los euros
(no sé, yo encuentro las complicaciones en las cosas más simples). Y el primer
día se me hacía raro (incluso molesto) entender tan bien a todo el mundo, pero
me duró poco.”
Para otras au pairs el proceso de readaptación es
más largo y complicado. Conforme pasaba el tiempo, te dabas cuenta de que tú
estabas cambiando, estabas aprendiendo mucho de ti, estabas madurando, pero no
pensaste que tu vida en tu país de origen pudiera ser diferente. Ahora puede
ser que te des cuenta de que no sólo tú has cambiado, sino también los demás,
que al irte tanto tiempo quizás te sientas un poco desplazada, fuera de lugar.
No te preocupes, en unas semanas estarás tan integrada como antes.
Daisy (Venezolana, au pair en Estados Unidos): “El choque emocional de mi vuelta ha sido más grande
de lo que cualquiera pensaría… es tremendo ver, que no tengo lugar aquí, que
estoy homeless… que la vida siguió su curso y yo ya no estoy incluida. Así como
fue irme, regresar tiene su proceso de adaptación también. Necesito volver a
incluirme en el sistema. En mi ciudad, todo el mundo está en su cuento
trabajando y haciendo sus cosas, no todo el mundo estaba esperándome en el
aeropuerto para abrazarme. Y eso fue todo un choque emocional.”
Tiffany (Norteamericana, au pair en Francia): “Con los días me fui acostumbrando de
nuevo a mi vieja vida, me tomó alrededor de un mes para poner los pies en la
tierra.”
De la misma manera que era importante tener vida
social cuando eras au pair, es imprescindible volver a salir con tus amigos
cuando vuelves a tu casa, claro que habéis cambiado, claro que tu experiencia
te hace ver las cosas de otra manera, pero no te encierres.
Ginny (Inglesa, au pair en Alemania): “Ya llevo casi cuatro meses en casa,
suficiente tiempo para estar adaptada, el único problema ha sido mi vida
social: me la paso encerrada la mayor parte de los fines de semana, no sé dónde
están los amigos que tenía antes de irme, ya no le encuentro gracia a irme de
fiesta. La vida me cambió completamente, he estado demasiado sola y eso me pone
triste a veces.”
Quizás el cambio más grande al volver a tu casa es
que vuelves a ser hija. De ser au pair, responsable de tus HK, vuelves a ser la
niña de tus padres… La hija que vive en casa de sus padres, que debes obedecer
a ciertas normas, tu papel cambia y eso puede ser difícil. Siendo au pair
tenías bajo tu responsabilidad niños que dependían de ti, ahora nadie depende
de ti. Ganabas tu sueldo y eras muy libre de hacer muchas cosas sin tener que
rendir cuentas a nadie. Toda esta experiencia ha hecho de ti una adulta, una
persona responsable y con ganas de independencia. Volver a ser hija puede ser
un poco frustrante.
Gabriela (Chilena, au pair en Canadá): “Volver a casa, abrir la nevera y encontrar comida
de verdad, sentirme pobre y sin dinero, ser una simple estudiante, montar en
bus y olvidarme del jeep que manejaba, tener un poco más de reglas, vivir con
papá y mamá, sentir que mi ciudad es un pueblito donde todo el mundo se conoce…
¡definitivamente la mente y la percepción de las cosas me cambiaron! Este año
en Canadá me dejó mucho más que un buen inglés. No lo repetiría, pero no me
arrepiento de todo lo que hice.”
Echas de menos a tu
HF y tu vida de au pair
Cuando
eras au pair, mil cosas te molestaban, cuando te quedaba pocos días para irte
te diste cuenta de que, finalmente, te sentías a gusto, ahora que la aventura
se ha terminado, te das cuenta de cuánto echas de menos a tu vida de au pair.
Mara (Alemana, au pair en Estados Unidos): “Echo cosas de menos de allí: a las niñas, al perro,
New York, los coches automáticos (volver a comprender que aquí los coches
tienen tres pedales y tienes que usar los dos pies para conducir no ha sido del
todo fácil) y por supuesto mis fines de semana de locura.”
Louise (Belga, au pair en Inglaterra): “A veces pienso en mi antigua vida en
Londres... que a tal hora estaría recogiendo al peque del cole... pienso en mis
paseos por Londres, en mis viajecitos, en mis Starbucks...”
Y claro está que echas de menos a tus HK y el resto
de tu HF si vuestra relación era buena.
Beth (Norteamericana, au pair en España): “Aún ahora, mes y medio después me
acuerdo muchísimo de ellos, los echo mucho de menos, y no puedo ver fotos de
ellos sin que se me salten las lágrimas. Creo que les quiero demasiado.”
Mantener el contacto
con tu HF
En
general las HF y sus au pairs siguen en contacto unos años, verás a los niños
crecer y si no eran muy pequeños es muy probable que se acuerden de ti para
siempre. Hoy en día, gracias a Internet, es fácil mantener un contacto
continuo.
Andrea (Boliviana, au pair en Estados Unidos): “Me mensajeo con mi host mum, a veces
por Facebook y a veces por email y con mi host dad también algún mensaje me he
mandado. Me han dicho muchas veces que con las nuevas au pairs todo va bien y
que son muy amables pero que no era lo mismo y que los niños muchas veces se
equivocan y las llaman por mi nombre. Y que me nombran muchísimas veces
diciendo cosas que yo hacía o que decía o simplemente preguntando cuándo voy a
volver. Ayer mi host mum me mandó un mensaje al Facebook para decirme que
estaba sentada en la cocina tomando un té con la nueva au pair y que se estaba
acordando mucho de aquellos días cuando lo hacíamos nosotras.”
Jessica (Ecuatoriana, au pair en Francia): “Sigo en contacto con la familia nos mandamos emails
y hablamos una vez por Skype. Creo que es una experiencia increíble y quien
esté dudando que la viva, que vale mucho la pena.”
Y
si las circunstancias de la vida os lo permiten, os podréis volver a ver. Los
encuentros au pairs/HF son siempre muy emocionantes.
Agata
(Española, au pair en Irlanda): “Vamos a volver
a vernos: mi HM va a venir a verme a España y yo voy a volver el verano que
viene si todo va bien. Y, si todo va aún mejor, volveré para terminar aquí mis
estudios e instalarme en este país que me tiene enamorada.”
Sigrid
(Alemana, au pair en Francia): “Yo le he dicho
a mi HK que por supuesto que iría a visitarla en el futuro, si tengo dinero, y
que ella tiene mi casa de Alemania abierta siempre que quiera venir a verme. Me
ha dicho que cuando sea mayor vendrá. Y yo le he dicho que si quiere cuando
tenga 18 años puede ser mi au pair si tengo hijos por entonces. ¡Le ha
encantado la idea, le ha parecido súper guay! pero me ha dicho que en Alemania
ella no podrá hablar y le he dicho que así aprendería. Súper ilusionada la
tengo con el tema.”
Buscar/encontrar
trabajo
Ahora
que se ha terminado tu experiencia de au pair y que te has vuelto a integrar
totalmente a tu vida, es hora de pensar en el futuro… ¿Qué vas a hacer? Algunas
au pairs vuelven a la universidad para terminar sus estudios, otras empiezan
una carrera después de un año “sabático”, aunque ya sabemos que ser au pair no
tiene nada de “sabático”. Otras se lanzan al mercado laboral, con la ventaja
que da saber un idioma más, puede resultar más fácil encontrar trabajo. Aunque
todos somos conscientes de lo difícil que es el mercado laboral hoy en día
donde exigen mil diplomas, veinte idiomas y cien años de experiencia para un
sueldo de risa… Pero sé positiva ¡Ánimo!
Coleen (Irlandesa, au pair en Bulgaria): “Yo ya empecé la búsqueda y espero tener suerte
pronto. De momento me han hecho una entrevista telefónica de un sitio y me han
citado para hacer una entrevista para otro. La verdad es que hay bastante
trabajo por aquí, se ven muchos carteles en tiendas y bares que necesitan gente
y luego los que tienes que solicitar por internet. Como plus, esta época es la
mejor porque hay gente que sólo viene a trabajar de verano y vuelven a sus
países.”
Judi (Austriaca, au pair en Francia): “Tuve bastante suerte porque encontré un trabajo muy
rápido, por las tardes, impartiendo clases a niños con una metodología japonesa
de la que no había oído hablar pero que me está encantando conocer y de la que
estoy aprendiendo un montón. Son muy poquitas horas, pero como digo, el trabajo
me encanta.”
Irte de nuevo
Cuando
has probado el sabor del viaje, es difícil olvidarlo. Muchas antiguas au pairs
no se quedan satisfechas quedándose en su ciudad y pronto sientes las llamadas
de las maletas y los guiños del pasaporte, quieren volver a sentir esta
sensación de tener que aprenderlo todo, descubrirlo todo, empaparse de lo
desconocido y seguir absorbiendo lo que el mundo propone.
Tus
ganas de irte pueden provocar cierta incertidumbre mientras buscas la mejor
manera de satisfacer tus deseos.
Kristina (Danesa, au pair en Irlanda): “Quiero acabar ya la universidad y
mirar qué hacer con mi vida. Ando buscando una práctica en el exterior por seis
meses pero eso tampoco se me ha dado todavía. Ya no me veo más en mi país, pero
tampoco encuentro la manera de irme. Estoy en un punto maluco, no sé para dónde
voy ni con quién. Será tener paciencia, ya veremos qué pasa…”
Puedes estudiar una carrera que te permita luego
hacer prácticas en el extranjero.
Ann (Finlandesa, au pair en Alemania): “Mi intención es estudiar algo que se
parezca a "empresariales internacional", hoy en día hay tantos
nombres para todo que ya no sé ni cómo se llama lo que quiero hacer, en Alemania, Austria o Inglaterra.”
En Europa existen las becas Erasmus para los
estudiantes, aunque el dinero sea poco, es siempre una ayuda bienvenida y te
permitirá estudiar nueve meses en el país que elijas.
Kathie (Francesa, au pair en Austria): “En octubre empiezo mi año Erasmus en
Alemania.”
Otra
manera de irte de nuevo es buscar un trabajo en el extranjero, tu experiencia
de au pair te dará un gran ventaja, no sólo porque hablas un idioma más, sino
porque puedes demostrar que ya sabes lo que es vivir en el extranjero,
adaptarte a otro país y que eso, lejos de asustarte, te encanta.
Connie (Alemana, au pair en Estados Unidos): “Tuve un par de entrevistas que no me
llamaron la atención, el proceso se iba poniendo cada vez peor y yo más
estresada. Iba llegando la hora de terminar las materias de la carrera y yo aún
no conseguía trabajo. Decidí aplicar a una práctica en Brasil, sabía que ese
trabajo era muy apetecido, así que me puse las pilas y estudié mucho para la
entrevista. Me fue excelente, pasé a la segunda fase. Me dejaron esperando un
par de semanas para saber los resultados, y finalmente me dijeron que había
sido seleccionada. En ese momento la emoción fue grandísima, inexplicable. Por
fin conseguí lo que había estado buscando durante este tiempo; gracias a mi
esfuerzo y paciencia ¡me voy de viaje de nuevo! Espero viajar a Brasil en
julio, siete meses después de haber llegado de los Estados Unidos. Estaré allá
por lo menos seis meses con posibilidad de un año. Tengo tiempo para ver qué
pasa con mis ganas de volver a Estados Unidos, porque aún sigo pensando tener
una vida en ese país.”
Volver a ser au pair
Pues sí… Algunas chicas quieren volver a ser au
pairs. Aunque sepas que no todo es de color rosa y que hay momentos muy duros,
puede ser que te apetezca otra vez. Entonces adelante, ya sabes todo lo que
tienes que hacer, sabes lo errores que no hay que cometer y tu experiencia sólo
puede ser mejor.
Donna (Argentina, au pair en Canadá): “Volver a ser au pair: ¿Sabéis eso que dicen que
después del parto las mujeres liberan una hormona que les hace olvidar el dolor
sufrido? Pues creo que me ha pasado algo así y me apetece ser au pair de nuevo.”
Si
tu relación con tu HF es buena, estarán encantados de que vuelvas a vivir con
ellos. Y tú sabrás que estarás a gusto y con la posibilidad de mejorar algunos
puntos que no te convenían.
Sophia (Belga, au pair en Italia): “Desde el momento que terminé la
experiencia el verano pasado ya tenía claro que si era posible quería repetirla
este verano. La única duda era si con la misma familia o con otra nueva. La
opción de repetir tenía en contra que no conocería un nuevo lugar. A favor, todo.
Volver a ver a mi HF (les echo muchísimo de menos), volver a mi queridísima
ciudad, saber que siempre voy a tener algo que hacer o a algún lugar adonde ir,
conozco gente (al final fue mejor no haber hecho amigas que fueran au pairs
sino chicas que vivieran allí), sé que voy a estar a gusto y que me van a
tratar bien.”
Otras
chicas vuelven a ser au pair para seguir mejorando un idioma o aprender otro,
ya que sabemos que no hay nada mejor que una inmersión total para aprender
rápidamente cualquier idioma. En algunos casos, ser au pair es la única
solución que hay, en este momento, para irse al extranjero tras agotar las
otras posibilidades, entonces tómatelo con filosofía, vuelve a vivir esta
experiencia con paciencia y mucho positivismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario